miércoles, 27 de abril de 2011

REFLEXIÓN

El día más importante de nuestras vidas no debería ser ése en el que nos sucede algo extraordinario, sino aquel en el que hacemos algo extraordinario por el hombre de al lado.

martes, 26 de abril de 2011

DIARIO DE LAS VISTAS DE UN PAÍS (PRIMEROS DATOS)

La Patria. Por ella se vive, por ella se muere. Por ella se trabaja i también se descansa. ¿I quién no la ama? Sólo un grupo de tarados herejes que no saben qué hacer con sus vidas y que desperdician su aliento luchando contra los honrados y verdaderos, mordiendo la mano que les da de comer. No siguen una buena conducta. Lo correcto y lo que todo el mundo hace y debe hacer es lo siguiente: ir a misa los domingos y rezar cada día por la noche, formar una familia, pagar impuestos para que los que portan nuestra voz los administren correctamente como han hecho hasta ahora, comprar un piso, cuidar de los padre y de los hijos e ir a trabajar cada mañana levantándose a las seis, o a las siete.

Y quienes incumplen la Ley deberían ser castigados. Quien teje un plan contra la Patria merece el máximo castigo, pues la Patria somos todos, incluso yo, un simple y fiel ciudadano patriótico. Y cuidado, que sus palabras no nos engañen, que la ponzoña que llevan escondida no nos nuble la mente.

Últimamente los científicos dicen cosas extrañas, a lo mejor es porqué forman parte de esos dichosos alborotadores del orden. Entonces no deben ser escuchados, pues llevan y traen la mentira. Incluso el Papa, el hombre más puro del mundo, está de acuerdo. Hasta hay algunos escritores que han resultado ser ovejas negras. Censurados y arrestados, a la espera de un veredicto. Esto es lo que merecen por querer dañarnos a nosotros, honrados ciudadanos de esta santa Patria.

Hay que vigilar, puede que tu vecino, tu amigo, tu hermano sea uno de ellos. Se han salido del buen camino, del redil, por eso hay que ayudarles. El castigo siempre es una buena enseñanza para todos. Hay que enseñar a nuestros hijos a valorar y, sobre todo a amar, el mundo que estamos construyendo.
16/07 – Anónimo patriótico





Cada día abro los ojos y sigo mi camino, mis ideales. A cada paso que doy hacia delante la libertad está más cerca. Hay que actuar con cuidado pero con confianza. Las barbaridades que ejecutan cada vez son más alocadas y en masa. Debe ser el miedo que les entra al saber que estamos ahí, en su contra, porqué sabemos diferenciar el bien del mal, porqué no creemos sus mentira, porqué tenemos opinión y pensamiento propio. Yo no tengo representante, mi voz es mi única verdad y mis creencias mi religión. No hay nada más cierto que esto. Muchos no lo saben, pero no todo lo que ellos tienen prohibido es malo y dañino. Y pese a lo que suelen creer de nosotros, que somos entes sangrientos y locos individuos, nuestra familia también es lo primero.

Si morimos, si vivimos, lo hacemos por la libertad. ¡Quiero poder pensar, quiero poder hablar, quiero poder hacer! Y quienes son represores son tu enemigo. Su conducta es hipócrita, pues nosotros no matamos, no blasfemamos, no molestamos, ¡éstos son ellos! Nosotros sólo reclamamos lo que por naturaleza es nuestro.

Muchas veces hay que pensar en las manos que escriben la Ley, en la sangre que escribe cada segundo y cada represión o “castigo”. A veces hay que violar la Ley y escribir nuestras propias leyes. Y si alguna vez se les escucha es fácil ver que el sustento de sus palabras es inexistente. A los idiotas, a los locos y a los desesperados es fácil convencerles. Éstos últimos son los más peligrosos. Capaces de todo para recibir nada a cambio, sencillos de obtener y convencer fuertemente por esos desalmados, pues no tienen nada más a lo que aferrarse. Si alguien da pan a un perro muerto de hambre, éste le convertirá en su amo sin importarle si hace bien o mal, al ser la única persona que parece que le ha ofrecido un futuro. Éste asunto es lo mismo.

Escribiendo, leyendo, pensando. Así es como uno se revoluciona, y esto les da miedo. Las únicas cosas irrefutables son las que se corroboran científicamente y, últimamente, la fe está muy corrompida para fiarse de ella. Mis ojos no están vendados, están limpios y ven claramente la realidad y la verdad. Mi mente es abierta y exacta, serena y templada, por ello es correcta y sabe lo que se debe. Al que le quede aún una pizca de fe, que la emplee en confianza, que confíe en mí, en mi sociedad, en nuestra mirada al mundo. Porqué pese a sus falsas creencias, yo también rezo como ellos por la noche, aunque no voy a escuchar chorradas y a perder el tiempo los domingos, rezo para un mundo mejor, y para eso se debe actuar, por eso nosotros actuamos.
16/07 – Anónimo antipatriótico